Mi audiovisión del Festival Internacional de Jazz Asunción, 3a entrega

Mi audiovisión del Festival Internacional de Jazz Asunción, Teatro Municipal
(continuación, 3ª entrega)


VIERNES 18 DE SETIEMBRE DE 2010


MATERERÉ CUARTETO
 Con la intención de fusionar la música folklórica del litoral argentino y la del Paraguay, este grupo acuñó el nombre de “MATERERÉ”. Indirectamente, el nombre invita también a fusionar el mate argentino y el tereré paraguayo. Esto último es improbable que funcione porque los materos argentinos odian un mate tibio, y los paraguayos odian un tereré que no esté “bien helado”. Y esta rara mezcla daría exactamente eso, un semi-tereré tibio o un semi-mate tibio.


En cuanto a la fusión musical, sí funcionó. Pero, obviamente, cada estilo fue como si se mimetizara en el otro, fagotizando así un gran porcentaje del germen original de cada uno. De nuevo, lo que se escucho NO FUE JAZZ. Las interpretaciones eran buenas, los temas originales, sin colorido y algo aburridos. Este grupo funcionaría bien en el Festival de Cosquín (supongo), pero NO en nuestro (de los asuncenos) Festival Internacional de Jazz.


De los instrumentistas quiero destacar a Mauricio Bernal, ejecutante de marimba, un instrumento de curioso ingreso al folklore argentino y ni qué decir al paraguayo. El “marimbista”, es muy bueno, manejando con soltura y delicadeza su exótico instrumento incluso con dos baquetas en cada mano para producir acordes completos de tres y ocasionalmente cuatro notas diferentes. El resto del grupo, bien.


Bernd LHOTZKY (http://www.tomajazz.com/perfiles/bernd_lhotzky.htm)


Es un pianista alemán que cultiva un estilo muy particular y de una era específica del jazz: El “stride piano”. Es un estilo muy demandante técnicamente hablando, ya que la mano izquierda cumple el papel de toda una sección rítmica (se escucha un bajo, acordes y se da la ilusión de algún instrumento rítmico por el profuso contrapunto de patrones rítmicos creados entre la mano derecha que flota con arpegios y escalas, casi “chopinescamente”, acompañada por la izquierda. Para aquellos que no conozcan este estilo o época de la historia del jazz, pueden buscar en Google a los siguientes pianistas: Art Tatum (probablemente el mejor pianista de jazz de todos los tiempos), Teddy Wilson, J.P. Jonson, “Fats” Waller, Jelly Roll Morton y varios otros.


El Sr. Lhotzky tiene una técnica inmaculada (tiene formación en piano clásico desde pequeño), un toque delicadísimo y todo parece fluir y flotar suavemente a pesar de la gran velocidad de la mayoría de las interpretaciones.




El Sr. Lhotzky fue uno de los poquísimos grupos de mayor nivel musical y artístico del Festival. Sin embargo, por razones absolutamente inexplicables, su presentación fue muy corta y la producción del Festival no le autorizó un “bis”. Estuve el mismo día de su presentación, pero a las 15:00, en el Teatro de las Américas del CCPA en donde dio una clínica (charla y demostración) para alumnos de piano, de jazz, e interesados en general. Por suerte, allí tocó más tiempo y hasta pude solicitarle algunos temas que deferentemente luego interpretó. Bernd y la concertista de piano paraguaya Marta Geymar de Bogarín comparten el mismo bisabuelo, algo que Marta descubrió en viajes a Alemania; así conoció hace varios años a Bernd (quien vive con su esposa en Bavaria, Alemania, en un viejo castillo rodeado de una granja). Bernd me contó que existe toda una cofradía pero de muy pocos pianistas actualmente que cultivan este peculiar pero importante estilo de jazz. Uno de ellos (fallecido hace no mucho, y a quien considero el más famoso de los subvalorados pianistas de stride: Ralph Sutton, fue su mentor a pesar de la enorme diferencia de edad. Debo decir que la música del Sr. Lhotzky era absolutamente diferente a la presentada por los otros en toda la noche, de la que ya hablé más arriba. Por la misma razón, fue una desconsideración ubicarlo en el medio de música folklórico. Debería haber estado junto a la Hot Jazz Band de Mariano Massolo que actuó el sábado 18 de setiembre.


ZÉ LUIZ MAIA QUINTETO


Este quinteto está formado por buenos músicos profesionales brasileños. No es un quinteto de jazz, plenamente. Hacen música brasileña, bien, con toques jazzísticos en las improvisaciones, particularmente las del saxofonista y pianista.


Mi comentario aquí es que ejecutaron temas muy homonogéneos en cuanto a tempo y estilo, y además, totalmente desconocidos, lo que conspiró contra la diversificación y alentó el aburrimiento. Es el tercer grupo brasileño del Festival.




SÁBADO 18 DE SETIEMBRE DE 2010


GUSTAVO VIERA PROJECT


Gustavo es un muy buen guitarrista, buen profesor de guitarra con un curso definido y bien organizado.


En este caso en particular, no me convenció del todo lo que presentó por lo siguiente:


(a) Encontré que la base armónica nuevamente (como en el caso de Paula) era muy pobre. Lo mejor hubiera sido para Gustavo usar pedales, como un pequeño delay mezclado con algo de “chorus” para proyectar un espectro más envolvente y cubrir los huecos entre el saxo y el contrabajo.
(b) Otro tema raro fue la orquestación utilizada en las composiciones y arreglos, ya que en algunos temas, Bruno Muñoz tocaba en el registro extremo de su saxo tenor (sin necesidad), lo que no favorecía el clima más austero, flotante y de fusión de ritmos sudamericanos con jazz. En orquestación, cualquier registro más agudo de cualquier instrumento se reserva para momentos climáticos, de gran intensidad emocional, tensión, ansiedad, etc. Otro problema de orquestación (que tiene que ver con el punto de arriba en (a), es que Gustavo tocó casi constantemente al unísono con el saxo, lo que hizo que se sintiera aún más la falta del colchón armónico. Me gustó su tema “Días de Invierno”.
(c) El sonido del contrabajo de Miguel Díaz estaba muy “tragado” (sonaba como desde dentro de un barril de metal), sin claridad de las notas y con un murmullo resonante en el aire.


Toti Morel, como es usual en él, tocó muy profesionalmente adecuándose al estilo del Proyecto.


MARIANO MASSOLO QUINTETO


Este quinteto fue una agradable sorpresa: En primer lugar, interpretan el estilo del “hot jazz del Club de Francia”, un estilo acústico con guitarras y bajo y sin batería (“a lo Django Rheinhart y Stephan Grapelly de los años ’30 y ’40). Lo hacen MUY BIEN, liderados por Mariano, quien ejecuta la armónica, un instrumento considerado “especial” y no tradicional en el jazz. De hecho, hay muy pocos músicos que interpretan jazz en la armónica (por supuesto, el genial belga Toots Thielemans es la referencia obligatoria aquí, a pesar de que ejecuta jazz moderno y ha tocado con músicos de la talla de Bill Evans y Fred Hersch y como solista invitado en cuanta orquesta moderna haya sido grabada, con arreglos de Sebesky, Claus Orgerman, y tantos otros).


Cada miembro del quinteto cumplía con creces su rol, ejecutando el clásico contrapunto melódico y rítmico de Chicago, en el que originalmente la trompeta exponía la melodía, el clarinete adornaba con un contrapunto improvisado por encima, y el trombón con un contrapunto improvisado también, por debajo. Aquí estos roles los comparten la armónica de Mariano y Eduardo Prado, un clarinetista de primerísimo nivel, con un sonido impactante, gran técnica y gran entrega emocional.


Los arreglos del grupo, muy precisos y el sonido general del grupo muy bueno. Fueron muy aplaudidos y tuvieron que dar (por suerte) dos temas más de “bis”. Solamente la entrega de “Exactly Like You” me hubiera bastado (por lo excelente) para la presentación de todo el grupo. Ojalá que Mariano regrese con su Quinteto en algún momento.


(…continuará con Bruce Henry y Villa’s Voz y Mike Millar trio…)

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